Según se desprende de las estadísticas ofrecidas por la Sociedad Estadounidense de Cirugía Plástica Estética (ASAPS), el número de niños y adolescentes que se someten a procedimientos quirúrgicos de carácter plástico ha aumentado un 30 por ciento en los últimos 10 años.

La razón principal de este aumento se centra en cuestiones como el bullying o acoso escolar. El auge de este tipo de maltrato en las escuelas ha hecho aumentar los casos de suicidios entre los niños norteamericanos. Ante este panorama, muchos padres han decidido solventar este problema con intervenciones quirúrgicas a sus hijos cuando consideran que las causas de la burla de los compañeros de colegio son debidas a razones estéticas de sus hijos.

El bulliyng está considerado un serio problema para la salud pública en Estados Unidos. En un estudio se constató que entre el 60 y el 80% de los alumnos americanos han sido acosados al menos una vez. El acoso constante puede producir graves consecuencias psíquicas que pueden llevar al niño al suicidio.

Últimamente proliferan los casos donde los padres obligan a sus hijos a operarse las orejas de soplillo u otros defectos físicos para evitar el acoso escolar a sus niños. Los padres creen que con estas medidas preventivas ayudarán a evitar problemas futuros a sus hijos.

Los procedimientos más demandados por estos niños y adolescentes son las inyecciones de bótox, sesiones de láser para remover o eliminar pelo, agrandamiento o reducción de pecho, rinoplastia y blefaroplastia.

Estas operaciones crean polémica entre los mismos profesionales americanos, que debaten la conveniencia o no de estos métodos cuando no existen problemas de salud o deformidades graves.









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