Los masajes relajantes se demandan todo el año. Antes de fiestas navideñas para mostrar nuestro mejor aspecto, al principio del nuevo año para encarar con optimismo los nuevos propósitos, antes de verano para mitigar nuestra ansiedad por las deseadas vacaciones,... son algunos de los momentos perfectos para recurrir a estas técnicas que nos transportan a un estado de relajación pleno.

El masaje Laken es único porque se realiza con toallas calientes, y es uno de los masajes más capaces de aportar paz y serenidad al organismo, además de desintoxicar y actuar como tratamiento antiestrés.

Este tratamiento antiestrés sorprende por el uso que hace de las toallas y por la importancia que adquieren a lo largo de todo el protocolo, convirtiéndolas en un elemento imprescindible del masaje.

El masaje con toallas calientes se divide en cuatro etapas:

  1. Primera etapa
    Se realiza con toallas, unas calientes y otras no, que actúan como contraste. Una vez que el cliente se ha acomodado en la camilla sobre una toalla templada, se ponen, sobre la altura de la nariz, unas gotas de aceite esencial de lavanda. A continuación, se van colocando sobre él toallas mojadas (calientes) poco a poco, con el fin de relajar las glándulas sudoríparas (encargadas de eliminar toxinas a través del sudor).
  2. Segunda etapa
    En esta fase se coloca una enorme toalla mojada y caliente, a modo de sábana cubriendo todo el cuerpo, que se deja reposar durante cinco minutos. A continuación comienzan las digitopresiones, estiramientos y todo tipo de movimientos relajantes en las piernas y en los dedos de los pies.
  3. Tercera etapa
    Se retira esta toalla y se aplica otra caliente, pero esta vez seca. Enrollada como un tubo, se va estirando sobre el cuerpo de forma lenta y delicada. La piel percibe el calor poco a poco y los poros se dilatan. Inmediatamente después se trabajan los pies con maniobras de digitopuntura y estiramientos, con ayuda del aceite de lavanda. Cuando sea necesario, se puede aplicar un aceite reductor para aprovechar la sesión.
  4. Cuarta etapa
    Para acabar, se retiran las toallas poco a poco mediante suaves deslizamientos manuales.

El resultado es increíble. Nuestros poros limpios, los músculos de todo el cuerpo absolutamente relajados y una amplia sonrisa que tardará mucho tiempo en desaparecer. Como unas largas vacaciones en la playa pero sin salir de tu ciudad.









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