La palabra “Temazcal” en Náhuatl significa “casa del sudor” o “casa del baño”. Es el baño de vapor que usaban los aztecas en la Antigüedad, una habitación donde se preparaba una hoguera de leña en la que calentaban unas piedras.
Y mientras se calientan las piedras, el Temazcal, a modo de sauna, se prepara con hojas o bancos de paja de baja altura, en los que sentarse o tumbarse, y una mezcla de hierbas estimulantes como el eucalipto.
La mezcla de hierbas se coloca en una cubeta junto a otras dos de agua fría, que se usan para bajar la temperatura corporal y realizar así diferentes ciclos de sudado.
Además, como preparación antes de entrar en el Temazcal, se aplica jugo de aloe en la cara y el cuerpo, por sus enormes beneficios para la piel. Y para finalizar, un té de hierbas para hidratar el organismo después de sudar.
Dentro de la habitación la temperatura sube muchísimo (100º) al igual que en una sauna, pero a diferencia de ésta, la humedad del Temazcal no permite que el calor se evapore y así el cuerpo responde sudando más que si realizáramos ejercicio.
Durante y después del Temazcal el metabolismo del cuerpo alcanza un ritmo semejante a correr o nadar durante mucho tiempo.
La medicina tradicional ha buscado el equilibrio perfecto entre calor y frío como fuente de salud, por eso en el Temazcal se intercala el calor del ambiente con los baños fríos de las cubetas. Hoy sabemos que el calor incrementa las funciones de cada órgano y en particular la del sistema inmunitario, por lo que se explica la sabia acción del propio cuerpo al subir la temperatura (fiebre) ante la presencia de ciertas enfermedades o infecciones.
Hoy en día evitamos sudar a toda costa: aire acondicionado, antitranspirantes, ropa sintética, sedentarismo… a pesar de que mediante el sudor eliminamos toxinas de nuestro cuerpo.
Y es que sudar no sólo es natural y beneficioso, sino necesario.
El Temazcal ayuda a la eliminación de ácido úrico, ácido láctico y ácido alcalino de la sangre y contribuye a la eliminación de metales pesados como el mercurio o el plomo, que son absorbidos en las sociedades modernas.
También estimula al sistema glandular, en particular a las glándulas lineal y pituitaria que rigen la actividad glandular de todo el cuerpo. Otro de los sistemas que se estimulan en el Temazcal es el linfático, uno de los responsables de la limpieza y depuración del organismo.
Los beneficios de los baños de vapor son conocidos desde siempre y en todas las culturas, prueba de ello es que se han practicado desde hace siglos. Hoy en día estas prácticas han vuelto a resurgir, sobre todo las saunas y los baños turcos.
Y el Temazcal se basa en los mismos principios y tiene prácticamente el mismo sistema, con algunas pequeñas diferencias, como el grado de humedad de la habitación.
La limpieza es fundamental para la salud, es nuestra principal baza para evitar y prevenir dolencias y enfermedades, pero lo que la ciencia y la tradición nos enseñan es que es igual de importante vivir en un entorno limpio, cómo mantener limpio nuestro propio organismo. Esa es nuestra moraleja: ¡suda y deshazte de todo lo malo que llevas dentro!