Los salones de belleza de Queens, el barrio de Nueva York, se convirtieron, el pasado viernes, en centros de lucha contra la violencia doméstica. En concreto, la oficina del alcalde para acabar con la violencia doméstica y de género visitó algunos centros de estética y belleza con el fin de repartir folletos informativos de los servicios con los que cuentan las víctimas.

La asambleísta estatal, Catalina Cruz, explicó que los centros son vistos, muchas veces, como lugares de salud mental. Y que educar a los dueños de los salones y a las estilistas sobre las señales de violencia doméstica para evitar tragedias es algo muy destacado. Pues, para muchas personas, las estilistas son vistas como profesionales con las que se desahogan más fácilmente.

Sheila Dilone, propietaria de un salón de belleza, afirmó tales acciones, pues opina que, a pesar de que es peluquera, es psicóloga porque debe escuchar muchas cosas, y en especial a mujeres que vienen con problemas.

Educar a los dueños de los salones y a las estilistas sobre las señales de violencia doméstica para evitar tragedias es algo muy destacado. Para muchas personas, las estilistas son vistas como profesionales con las que se desahogan más fácilmente.

Esto a raíz de que hace dos semanas una estilista fue asesinada por su esposo en el salón de belleza donde trabajaba, las autoridades llaman a acudir a los centros de justicia familiar donde recibirán ayuda especializada.

"Una de cada cuatro mujeres denuncia y de hecho pueden venir a nuestro centro por ayuda aunque no deseen levantar una denuncia en ese momento", comentó Susan Jacobs, directora ejecutiva del Centro de Justicia Familiar de Queens. Según el programa de intervención contra la violencia, una de cada tres mujeres sufre violencia doméstica.

Mientras que otros datos que se dieron es que, cada minuto, una mujer en Estados Unidos es violada y solo el 16% lo denuncia a las autoridades.









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